domingo, 22 de julio de 2018

Visitando la Comunidad Wee


Desde la avioneta que se preparaba para aterrizar podíamos ver el bosque de palmeras que cubría gran parte de la superficie de la Provincia Datem del Marañon, observándose que se encontraba en suelos inundables debido a que casi todo el terreno estaba cubierto de agua, quizá porque estábamos en temporada de lluvias (mayo, 2018). Y pensar que el trabajo consistiría en caminar por esos terrenos llenos de palmeras y cubiertos de agua. Esta vez sí me preocupé, parecía sería un trabajo difícil, no conocía ese bosque y pocas veces había estado en un lugar tan inundado, pero bueno, teníamos trabajo que hacer y se tenía que realizar.

Cuando conocí al apu[1] de la comunidad Wee, me pareció una persona muy joven para el cargo, aun no sé qué edad tiene, olvidé preguntárselo. Él me puso al tanto de su comunidad me habló muy bien de su territorio, de las aproximadamente diez mil hectáreas que ellos poseen y donde solo viven unas doce familias. Tanto terreno es difícil de poder vigilar, razón por la cual miembros de otras comunidades vienen y cazan en exceso (para vender en algún mercado) o pescan usando barbasco (planta del bosque que al picarla y tirarla a la quebrada mata todo tipo de peces, grandes y pequeños).


Cuando me embarqué en el pequeño peque-peque rumbo a la comunidad Wee (tenía que ser un peque-peque pequeño porque iríamos contracorriente y esa es la mejor manera de avanzar a mayor velocidad), no pensé que durante todo el trayecto estaríamos cubiertos por una lluvia persistente, que solo calmaría en algunos tramos como dándonos tregua para acomodarnos bien, pero igual estaba feliz de volver nuevamente al monte, llegar mojado no me pareció un castigo sino una bendición, una bienvenida muy húmeda que me hizo olvidar lo que vendría en los días siguientes. 

Wee traducido al castellano significa Sal. Resulta que hace muchos años los pobladores de una comunidad durante sus recorridos para mitallar (cazar) encontraron una pequeña beta de sal en la cuenca alta donde nace la quebrada Cangasa. De acuerdo a la historia que cuenta el apu, fue un gran descubrimiento y en honor a ese hallazgo nombraron Wee a dicho territorio donde se formaría esta nueva comunidad.

La comunidad Wee tiene algunas áreas con palmeras denominadas ungurahui (Oenocarpus bataua) que producen unos frutos violaceos comestibles ricos en aceite; se trata de una especie dioica, quiere decir que algunos individuos son machos y otros hembras, (existen especies donde un individuo es macho y hembra a la vez). El ungurahui es muy apreciado por los pobladores locales porque forma parte de su dieta, pero como el fruto crece a mucha altura y es difícil poder trepar hasta la copa de las palmeras para alcanzarlo, la mejor alternativa que conocían era la tala. De esa manera se ha estado reduciendo la población de hembras y como consecuencia la producción de frutos.

Del ungurahui se puede extraer un aceite de calidad que luego es utilizado por la industria cosmética. La tarea era saber cuánto de este fruto se puede extraer del bosque y cuál es la cantidad de palmeras que tiene la comunidad; para eso había llegado, para ayudarles a realizar un censo de esas palmeras y saber cuánto fruto pueden producir. En la comunidad se formaría una brigada que trabajaría realizando el censo de palmeras a mi lado y estaría compuesta por cinco personas, todos pobladores de Wee.



La brigada que realizaría el censo estaba formada por Eleazar, Cornelio, Lino, Eduardo y Never. Eleazar un hombre mayor de mucha experiencia, alegre y muy paciente; Cornelio era joven con ganas de aprender y trabajar, noté que para él no había trabajo pequeño, le encomendé la misión de ser el brujulero (llevar la brújula y hacer la trocha por donde andaríamos los demás miembros de la brigada) y vaya que lo hizo con mucho empeño; Lino también joven, pero con un espíritu aventurero, quería conocer otros sitios y contaba con mucho orgullo los lugares que conocía, que alguna vez dejó su comunidad para conocer nuevos bosques y que llegó hasta la capital Lima; Eduardo por su parte era tranquilo, siempre sonreía y era de pocas palabras conmigo, pero con sus amigos no desaprovechaba oportunidad en la que pudiera hacerles una broma; Never era el de las excusas, el que llegaba tarde por alguna razón, lo peor era que atrasaba a todo el equipo porque él conducía el peque-peque.

-"Never qué pasó hoy, por qué tan tarde
-La lluvia inge, no me dejó salir
-Pero si todos lo días llueve igual y así salimos a campo
-Pero hoy ha llovido mas fuerte ..."

Realizar el censo y saber cuál es el potencial de frutos de ungurahui con el que cuenta la comunidad es una buena alternativa para que, con apoyo de terceros, creen su propia empresa y generen trabajo e ingresos económicos pero de manera sostenible. El proyecto contempla la capacitación en técnicas para trepar hasta la copa de la palmera para cosechar los frutos sin necesidad de tumbarla, me pareció una gran iniciativa, espero que todo resulte bien y se logren los acuerdos con aquellas empresas que requieran del aceite de ungurahui.

Después de unos días de estar en la comunidad y haber conocido algo de ellos y de los recursos naturales que les brinda su bosque, llegó la hora de despedirse, Wee es un lugar muy hermoso, los días quedan cortos para conocer todo su bosque. Por suerte para los viajantes, la noche del día anterior se desató una lluvia que no paró hasta las 10 a.m del día siguiente, eso provocó la crecida de la quebrada y facilitó la navegación en cualquier rumbo. Gracias Dios por llevarme a tan maravilloso lugar.





[1] Apu es el título que recibe la persona con la más alta jerarquía dentro de una comunidad nativa en esta zona de la amazonia.