La primera etapa de vida de un
árbol inicia en el vivero, de esta etapa dependerá que tengamos árboles bien
formados y resistentes a las condiciones del ambiente, una vez que sean
llevados a terreno definitivo (lugar donde serán plantados). Los viveros de
alta tecnología que producen una gran cantidad de plantones en menos espacio y
tiempo aún no se prestan para ser implementarlos en la sierra del Perú.
Los viveros que actualmente se
construyen en la zona andina son los que cuentan con camas de almácigo, donde
germinan las semillas y que luego de unas semanas son trasladadas a las camas
de recría en donde estarán por aproximadamente ocho meses o hasta que estén en
condiciones de ser llevados al terreno para ser plantados y donde cumplirán con
el objetivo de la plantación, que puede ser de proveer madera, proteger las
laderas, recuperar los suelos u otros servicios ambientales que nos genera el
bosque.
Camas de recría de Pino Foto: archivo personal |
La sierra peruana se caracteriza
por la gran cantidad de montañas, que forman cuencas con empinadas laderas que
fueron usadas por los incas con gran destreza, prueba de ello podemos mencionar
los andenes que hasta ahora existen y que fueron construidos para ampliar el
área agrícola y vencer las adversidades geográficas. Además de la topografía,
los diferentes pisos altitudinales de los andes peruanos generan diferentes
condiciones climáticas, como heladas, granizadas, alta radiación en el día y
baja humedad relativa.
Otra característica de la sierra
peruana es la distribución de las comunidades, estás se han asentado en la
parte alta de diferentes laderas en donde disponen de grandes áreas de terreno comunal.
Pero, ¿cómo heredaron las partes altas? De acuerdo a José Carlos Mariátegui [1],
durante la conquista del Perú los indios fueron relegados a las partes más
altas y menos productivas, el conquistador se apoderaba de las mejores tierras con
todo lo que había en ellas.
Todo lo anterior crea las
condiciones de dificultad para recuperar los bosques andinos, esto empeora cuando
se encarga la producción de los plantones, que como ya indicamos es la primera
y más importante etapa de reforestación, a personas sin experiencia que por
dedicarse a la agricultura consideran que cuentan con el conocimiento necesario
para asumir tan importante misión. Sin embargo, cuando vemos los resultados son
desastrosos, no se logra la meta programada, los plantones que salen a campo,
si salen, son de tan mala calidad que no sobreviven, lo que trae como
consecuencia que el comunero considere la actividad forestal poco rentable, o
como ya dije en algún otro post, que sólo genera ingresos durante la plantación
porque luego las plantas mueren.
Considero que en una comunidad
deben de haber personas a las que se les debe preparar para que se encarguen
del manejo de los viveros, caso contrario no se lograrían los objetivos
planeados y la población perdería el interés por esta importante actividad. Los
gobiernos locales deberían dejar de improvisar y dejar que los forestales hagan
su labor que para eso se han preparado.
Foto: archivo personal |
Lo que pretendo escribiendo estas
líneas es describir las condiciones en las que se desarrolla la actividad y las
deficiencias con las que se cuenta pero además considero que se debe continuar
con el esfuerzo de recuperar nuestros bosques andinos, no sin antes haber preparado
mejor al personal que se encargará de la producción, las autoridades locales no
pueden invertir significativas cantidades de dinero en la reforestación y
encomendar a personas sin experiencia tan importante actividad si antes no han
sido capacitados.