domingo, 20 de septiembre de 2015

Importancia de los viveros en la producción forestal

La primera etapa de vida de un árbol inicia en el vivero, de esta etapa dependerá que tengamos árboles bien formados y resistentes a las condiciones del ambiente, una vez que sean llevados a terreno definitivo (lugar donde serán plantados). Los viveros de alta tecnología que producen una gran cantidad de plantones en menos espacio y tiempo aún no se prestan para ser implementarlos en la sierra del Perú.

Los viveros que actualmente se construyen en la zona andina son los que cuentan con camas de almácigo, donde germinan las semillas y que luego de unas semanas son trasladadas a las camas de recría en donde estarán por aproximadamente ocho meses o hasta que estén en condiciones de ser llevados al terreno para ser plantados y donde cumplirán con el objetivo de la plantación, que puede ser de proveer madera, proteger las laderas, recuperar los suelos u otros servicios ambientales que nos genera el bosque.

Camas de recría de Pino                         Foto: archivo personal
La sierra peruana se caracteriza por la gran cantidad de montañas, que forman cuencas con empinadas laderas que fueron usadas por los incas con gran destreza, prueba de ello podemos mencionar los andenes que hasta ahora existen y que fueron construidos para ampliar el área agrícola y vencer las adversidades geográficas. Además de la topografía, los diferentes pisos altitudinales de los andes peruanos generan diferentes condiciones climáticas, como heladas, granizadas, alta radiación en el día y baja humedad relativa. 

Otra característica de la sierra peruana es la distribución de las comunidades, estás se han asentado en la parte alta de diferentes laderas en donde disponen de grandes áreas de terreno comunal. Pero, ¿cómo heredaron las partes altas? De acuerdo a José Carlos Mariátegui [1], durante la conquista del Perú los indios fueron relegados a las partes más altas y menos productivas, el conquistador se apoderaba de las mejores tierras con todo lo que había en ellas.

Todo lo anterior crea las condiciones de dificultad para recuperar los bosques andinos, esto empeora cuando se encarga la producción de los plantones, que como ya indicamos es la primera y más importante etapa de reforestación, a personas sin experiencia que por dedicarse a la agricultura consideran que cuentan con el conocimiento necesario para asumir tan importante misión. Sin embargo, cuando vemos los resultados son desastrosos, no se logra la meta programada, los plantones que salen a campo, si salen, son de tan mala calidad que no sobreviven, lo que trae como consecuencia que el comunero considere la actividad forestal poco rentable, o como ya dije en algún otro post, que sólo genera ingresos durante la plantación porque luego las plantas mueren.

Considero que en una comunidad deben de haber personas a las que se les debe preparar para que se encarguen del manejo de los viveros, caso contrario no se lograrían los objetivos planeados y la población perdería el interés por esta importante actividad. Los gobiernos locales deberían dejar de improvisar y dejar que los forestales hagan su labor que para eso se han preparado.

Foto: archivo personal
En las últimas semanas estuve visitando algunos viveros que tenían como meta, en promedio, la producción de medio millón de plantones, se ha notado el esfuerzo de las personas por hacer su trabajo, pero no ha sido compensado por la falta de conocimiento; la mortandad es muy elevada y actividades tan elementales como poner un canal de desfogue para el agua de riego no ha sido considerada en el diseño de las camas de recría.

Lo que pretendo escribiendo estas líneas es describir las condiciones en las que se desarrolla la actividad y las deficiencias con las que se cuenta pero además considero que se debe continuar con el esfuerzo de recuperar nuestros bosques andinos, no sin antes haber preparado mejor al personal que se encargará de la producción, las autoridades locales no pueden invertir significativas cantidades de dinero en la reforestación y encomendar a personas sin experiencia tan importante actividad si antes no han sido capacitados.




[1] “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”

sábado, 5 de septiembre de 2015

El Algarrobo y El Niño

En el Perú podemos encontrar bosques secos, en donde el algarrobo (Prosopis pallida) es una de las principales especies de esta zona de vida y la más apreciada por el poblador local debido a la gran cantidad de beneficios que puede brindarle, tales como[1]:
  • Fruto: para consumo del ganado, comercialización directa y productos de transformación
  • Hojarasca: consumida por el ganado cuando no es época de fructificación
  • Flores: para uso en la apicultura 
  • El árbol: previene la desertificación y sirve como refugio para la biodiversidad

El bosque seco abarca las regiones de Piura, Tumbes, Lambayeque y el norte de La Libertad, pero también lo encontramos en la zona sur del país, en los valles de Nazca.

El algarrobo es talado, muchas veces de forma ilegal, por los productores de carbón que venden su producción a acopiadores quienes lo trasladan a las principales ciudades del país donde goza de gran demanda, dicen que por darle un buen sabor a las parrillas y demás comidas a la brasa.  

El algarrobo es un árbol muy sensible y difícil de reforestar; en sus primeros días de vida sus raíces tienen que llegar a la napa freática en busca del agua subterránea  para que pueda sobrevivir ya que la especie vive en lugares donde la precipitación es escasa, en otras palabras, lo primero que debe desarrollar el pequeño algarrobito  es su raíz antes que su tallos.

La mejor experiencia de reforestar de esta especie ha sido aprovechando las precipitaciones que suceden durante el Fenómeno El Niño. Las semillas previamente digeridas por las cabras al comer el fruto del algarrobo (tratamiento pre germinativo) y diseminadas en el bosque, germinan con las lluvias. Además, las reservas de agua en el subsuelo se recargan favoreciendo la sobrevivencia de la especie; no obstante, posteriormente hay que procurar que los animales silvestres y las mismas cabras no coman las plantas juveniles especialmente en épocas de sequía y falta de pasto.

En estos últimos meses se habla mucho del calentamiento de las aguas del mar, efecto que ha causado que este año el otoño e invierno, por lo menos en Lima, no sea tan frío como normalmente lo es.  

El gobierno por intermedio del Ministerio de Agricultura y Riego está liderando las actividades preventivas ante un posible Niño de magnitud fuerte, tal como sucedió en 1982 y 1997, aunque alguna prensa lo está tildando incluso de Niño Godzilla[2]. Pero todo esto es aún una incertidumbre, claro, porque cuando se trata del clima solo se puede predecir con cierta precisión hasta dos días antes. En una entrevista en Radio Programas del Perú, se señaló que en los países con mejor tecnología podían predecirse las condiciones del clima hasta con 15 días de anticipación, no más.

Ante este inminente Niño de magnitud incierta, qué se hace por recuperar los bosque secos, es cierto que es urgente limpiar los cauces de los ríos quitando toda la basura que la gente arroja y sobre todo reducir la vulnerabilidad de aquellas familias asentadas en sus cauces, pero los sucesos extremos de erosión y huaycos suceden también por el avance de la deforestación, por la eliminación del colchón vegetal que regula la escorrentía de las aguas. 

En consecuencia, tenemos al bosque seco que cada vez está siendo presionado por el crecimiento de la población y el avance de una agricultura irresponsables que talan grandes extensiones de bosque para cambiar el uso del suelo. Se avecina el Fenómeno El Niño que golpeará fuertemente a la población de la zona norte del Perú, pero puede favorecer la recuperación del bosque; sin embargo, no se percibe que se esté preparando alguna estrategia para aprovechar esta oportunidad.

Foto: archivo personal
Finalmente, si quieren hacer sus parrillas y les ofrecen carbón de algarrobo les recomiendo que no lo compren, busquen otras alternativas. Pero si queremos disminuir nuestra huella de carbono, aportaríamos más dejando de usar carbón de forma general. Que quede a criterio de cada uno.



 [1]      Bosques secos y desertificación. Memorias del seminario internacional, 1998.
[2] http://www.publimetro.cl/nota/cronica/nino-godzilla-atacara-el-domingo-anuncian-lluvias-para-santiago/xIQoic!fNmxsSLt1QLc/

miércoles, 26 de agosto de 2015

Los Proyectos de Reforestación y el SNIP

Actualmente todo proyecto de inversión se elabora dentro del marco de los lineamientos del SNIP. En la parte de elaboración del proyecto no hay diferencias cuando se refieren a proyecto forestales, todo proyecto es elaborado bajo las mismas reglas. Sin embargo, un proyecto de reforestación no es como cualquier otro proyecto que requiera la construcción de alguna infraestructura durante su implementación, sino todo lo contrario, ya que su implementación genera vida, hecho que al parecer no es tomado en cuenta toda vez que se hace mucho esfuerzo en la producción y plantación lo que no sucede con la etapa de mantenimiento, a esta última no se le brinda la verdadera importancia que debiera.

La situación se agrava cuando en la sierra del país las comunidades campesinas tienen otras actividades, como la ganadera, a la cual la consideran mucho más rentable que la forestal, cuando en realidad el pastorear en el mismo terreno una y otra vez no permite la regeneración de los recursos naturales, tales como pastos, árboles y arbustos nativos.


Por lo tanto, estos tipos de proyectos (forestación y reforestación) deben de considerar la elaboración de una segunda etapa, previo una serie de evaluación de resultados, no se puede permitir que grandes inversiones realizadas por los gobierno regionales y locales queden a su suerte en la etapa más delicada, en la que cada plantita ya no es regada, abonada o protegida por el viverista; en terreno definitivo cada planta debe de sobrevivir sola.  

El problema observado con los proyectos de inversión relacionados con actividades de reforestación o forestación en la sierra del país, es el hecho que muchas veces con la intención de hacerlo viable y sostenible se delega la etapa de mantenimiento a las comunidades o a la población aledaña, la misma que será la beneficiaria de los servicios del bosque.

Sin embargo, no es necesario hacer tantos estudios para saber que en el Perú las comunidades rurales carecen de recursos económicos como para hacerse cargo del mantenimiento de las plantaciones forestales por aproximadamente 10 a 15 años. Aunque el manejo de los recursos naturales sea una de las formas de generar ingresos en las poblaciones rurales[1], la actividad forestal es vista como una actividad poco rentable por el tiempo que demora su  crecimiento hasta alcanzar la condición de aprovechable. Peor aún en un país acostumbrado a ser cortoplacista a la hora de planear el retorno de su inversión, prueba de ello podemos señalar que el mismo gobierno invierte más en la actividad agrícola que en la forestal.



[1] Galarza, E. La economía de los recursos naturales.